la vaca que entra en la huerta sabe que no, pero come..

Y así es, por más que sepamos que está mal, ahí vamos.

Es que, ¿qué está mal y qué no? ¿Quién me determina el límite que separa lo bueno de lo malo? ¿Y si yo quiero recorrerlo?, lo voy a hacer me voy a quedar corriendo por esa franja, que depende de que lado se enfoque, se ve el angelito blanco, y depende del otro, un diablito con cuernos.

y Ahí vamos, no es el tema más agradable, por los que seguramente cuelgan de mi cabeza y yo por ciega o inocente no quiero ver, o veo y olvido. Pero como me ha dicho alguien, ¿vos sos celosa? y no, yo no soy celosa, pero tampoco pelotuda. Y, por más que sea del lobo, me gusta salir primera, para salir segunda ni compito.

Pero bue, voy a tratar de dejar más claro todo.

Si tengo ojos, los voy a usar para ver, tenga ataduras o este libre lo que miro. Pero también tengo cabeza y no la pienso usar para desatar nudos, que vienen bien complicados.

Y me ubico enfrente, y veo todo distinto. El complejo no es mio, si yo soy libre, y todos somos libres, se podría hacer lo que se quiera. Y yo lo veo bien, que se yo, será que cada día veo menos...

Por las dudas no miro mucho más, aunque me encanta.

Y te sigo un rato más, porque seguirte me hace bien. Te sigo hoy, mañana no me esperes. En cosas de este tipo no puedo proyectar. Proyectando como nosotros, nadie es peor. Ja!

"Pero que diferencia hay, si de la conciencia no nos podemos librar. Esa guia innata y leal, que vos bien sabes, no siempre podemos respetar, no siempre podemos..."

y mi conciencia se tomó vacaciones...

hasta nuevo aviso.