Este blog es ficticio, cualquier parecido con la realidad será producto de su imaginación. Y recomendamos que no siga la lectura en ese caso.

sábado, 20 de marzo de 2010

Filosofía

"Lenguaje que se escapa en palabras sin sentido"
Dice Sandro en Sin Sentido, y es verdad, porque mientras más diga, menos explico.
Porque la brevedad es talento según Shakespeare, pero ¿qué me importa Shakespeare?, ¿qué me importa Sandro? Yo quiero escribir y punto.
La brevedad me es indiferente, siempre me gustaron los libros gordos (como el de Petete, que lo tiene todo).
Pero de que hablar, si ya sobran las palabras.
¿De la fidelidad? Ese valor tan devaluado actualmente.
Que manga de infieles impunes que me he cruzado por estos días.
Agradezco no tener novio, para estar a salvo de una de las traiciones cotidianas más comunes que vengo observando (o participando). Y no estoy hablando de hombres exclusivamente. Hay minas que tienen más visitas que el vaticano, y algunos hombres más minas que una fábrica de faber castles.
Y tienen la titular, la Luna entre sus estrellas, ¿qué importa que brille más, si el resto impide focalizar su importancia? Y ellos se la terminan creyendo así, que es como la luna y las estrellas, que una sola no tiene el mismo sabor. Pero la mente tramposa lo ve como la noche (dice SLB La noche es el crepúsculo de la locura), una mente sincera vería el amor como el día, donde brilla una y solo una estrella, la más grande, la mas cercana, la mas nuestra...
Y yo me rehúso a jugar este juego. Quiero ser estrella en luna llena (o sea garch and go, sin novia de por medio.), quiero ser Sol... quiero ser agua, y que me la chupen!
La devaluación de la fidelidad, en realidad, también me la chupa. En todo caso es una prueba más de que no todo lo que brilla es oro, y que el amor es tan raro como siempre supuse.
Yo me planteo el lugar de los infieles y, dadas las situaciones, capaz yo también sería infiel (que no lea esto un futuro novio por favor! ajajaja). Pero bien lo puse, dadas las situaciones. Una pareja que persiste por costumbre, porque se transforma en una amistad, no se debe cortar porque termine el amor cuando hay tanto de por medio. En cambio las calenturas pasajeras que son motivos de infidelidad, no pasan de eso, calenturas pasajeras. Y se perdonan, y se hacen. No se cuentan, aunque promulgue la sinceridad y ser abiertos y directos con quienes queremos, tampoco me voy al carajo(siempre hay un límite).
Pocas personas pueden estar de acuerdo con esto que estoy diciendo. Pero repito es un caso muy particular, donde se transforme en una simple amistad, lo que antes fue una relación. En el resto de los casos estoy en contra. Sobretodo cuando una de las partes afectadas, realmente siente amor y no lo ve como que se fue para el lado de la amistad.